Las razones de una idea
Mientras ensayábamos La mujer judía, un cobarde pateaba el rostro de una joven inmigrante en un subte en Barcelona. Sucede y no lo vemos.
Creemos en la vigencia de la obra porque su atormentada oscuridad convive todavía con nosotros. Para algunos oradores de todo, La mujer judía es una obra menor, pregonan un carácter anticuado por su breve extensión y su propósito didáctico.
Sabemos que en esa aparente debilidad está su fuerza y su vigencia.
La mujer judía nos muestra de qué manera anida, crece y se alimenta en el ámbito más íntimo y cotidiano, el monstruo que cobra vidas. En sociedades donde el antojo y el deseo de los hombres regula la libertad y el derecho de las mujeres, donde la mujer se trafica a la luz del día como esclava para cualquier fin, con la anuencia de las autoridades que legitiman con el silencio y la protección: el secuestro, el cautiverio, la explotación y el asesinato. Porque más allá de la responsabilidad de los estados totalitarios y xenófobos; en los hogares, la ignorancia, la indiferencia y el silencio a través de la cobardía y la sumisión de las personas al poder de un bienestar para elegidos, permite que este mal todavía sea una amenaza constante.
Las razones de una estética
Se incluyen en el diseño de la puesta, como exploración personal, la continuidad de algunos objetos que ya han sido utilizados en puestas anteriores con el fin de resignificar en forma poética y creativa su utilidad y extender el límite de su sentido contenedor al de territorio, lugar, ambiente. Detalle que resulta de la intención por investigar del grupo y que pone en relieve fundamentalmente la necesidad de explorar el latente lenguaje de los objetos en el relativo equilibrio de la composición dramática.
La música Klezmer y la música de Los Balcanes encontrándose con una dramática versión de la maldita Gloomy Sunday, interpretada por Diamanda Galas, es mucho más que una propuesta.
Razones de la porción de tierra que viaja con nosotros
Se decidió representar a Judith con dos actrices, por la sencilla razón de hacer visible su sombra, creemos en su presencia real e indudable y es donde nuestros ojos han decidido mirar para ver. Esta forma dual, se manifiesta con sus contradicciones, sus juegos de niña, su inmenso dolor.
En torno a ella el relato se vuelve historia, nos gusta pensar que esa mujer sobrevivió y en algún lugar revive esos instantes previos de su viaje a Ámsterdam, viaje que debió emprender para salvar su vida.
Por esa razón “los actos” del marido serán actuados como una evocación, como cuando representamos los desolados pasos de una traición, agravada en este caso, por la traición al amor y una cínica cobardía.
Tambien elegimos responder desde nuestras vidas a la estructura de la obra reordenando los llamados según dictaba nuestra sensibilidad y sentimientos.
En la oscuridad más atemorizante y vil, un jirón de tela se convierte en una antorcha, a nadie escapa que se consumirá enseguida, pero en lo que dura: revela, conmueve, alerta, da sentido.
Siempre dedicamos este espectáculo a Anne Frank.
LA MUJER JUDÍA, de Bertolt Brecht
Judith Keith / Fritz: María del Carmen Pié
Otra Judith Keith: Mariana Ciolfi
Vestuario y selección musical: Gustavo Sassi
Escenografía: Camilo Caycedo
Diseño de luces: Leo D’Aiuto
Diseño gráfico: Martín Casanova
Producción general: Compañía del Breve Relámpago
Traducción del alemán: Jorge Hacker
Adaptación y dirección: Gustavo Sassi
Esta obra forma parte del CICLO
123 PROBANDO - Tres obras cortas - Tres directores
TEATRO PAYRÓ - San Martín 766 - Reservas Tel.: (011) 4312-5922
ESTRENO Jueves 2 de OCTUBRE 2008.
Más información sobre el ciclo en:
http://www.alternativateatral.com/ficha_obra.asp?codigo_obra=12294
Para contactarnos: lamujerjudia@yahoo.com.ar